30 Jan
30Jan

El año pasado por estas fechas tuve la suerte de impartir un curso inicial de meditación, respiración y uso de energía para equilibrar el funcionamiento del sistema nervioso en la sede de la Asociación de Fibromialgia de Torrejón de Ardoz.

Lo hice invitada por su presidenta, Pilar, y allí conocí a un grupo maravilloso de mujeres valientes, llenas de amor, y con una fortaleza admirable para sobrellevar una enfermedad físicamente dura e incomprendida muchas veces a nivel emocional. Aprendí muchísimo de ellas, y comprendí por vez primera el significado de ser capaces de encontrar amor en el dolor.

La fibromialgia se caracteriza por dolor musculo-esquelético generalizado, acompañado de fatiga y problemas de sueño, memoria y estado de ánimo. Los síntomas a menudo comienzan después de un traumatismo físico, cirugía, infección o estrés psicológico significativo. O bien se acumulan progresivamente con el tiempo, sin un evento desencadenante específico. Se trata de una enfermedad que a menudo se acompaña de otros trastornos asociados, por ejemplo muchos pacientes experimentan dolores de cabeza tensionales, trastornos de la articulación temporomandibular, síndrome de colon irritable, ansiedad y depresión.

A día de hoy, aún no existe una cura específica para esta enfermedad, aunque varios medicamentos pueden ayudar a controlar los síntomas. Sin embargo, sí está probado que el ejercicio, la relajación y las medidas para reducir el estrés resultan beneficiosos.

Y ahí es donde entramos nosotras, de la mano de una alumna de los cursos "Paz para tu vida" y "Ayudar con amor", Montse Gálvez (Padma). Ella imparte clases de yoga en la asociación y, siempre que podía, las ayudaba también con las herramientas aprendidas en los cursos: meditación, respiración y, sobre todo, el uso de la energía en puntos específicos para mitigar el dolor y la tensión muscular.

Gracias a Padma y a Inma, con su labor desinteresada, su cariño y su constancia, las mujeres de la asociación han podido comprobar los beneficios de un sistema nervioso en paz. Y nosotras hemos sido testigo de su evolución y del impacto positivo de la intervención con estas técnicas para acompañarlas en su proceso.

Maricarmen Moreno nos comentaba ayer: "Llevo un año trabajando con Padma, y gracias a estas herramientas siento que me quiero más a mí misma y que puedo hacer más cosas con mi vida; el dolor ya no es el mismo y la energía que tengo es muy positiva, así como las sensaciones… Todo me está ayudando muchísimo para combatir el dolor y mis problemas emocionales”.

Para otra de las asociadas, Alicia Moyano, era su primera vez recibiendo esta energía, y nos contaba que estaba muy feliz de haberse sentido tratada con cariño y empatía: "Que te hablen con amor... ¡qué diferencia! Somos muy incomprendidos con esta enfermedad. Ahora me siento reconocida y entendida, me viene muy bien. Me cuesta encontrar la paz interior y gracias esta sesión he sentido mucha paz."

Por ellas, y por todas las personas que puedan llegar a sentir los beneficios de la meditación, la respiración y el conocimiento de que somos energía y no solo materia, desde ALTERALMA ponemos a disposición de asociaciones como AFTA de modo gratuito toda nuestra formación. Y sabemos que nuestros alumnos siembran también muchas semillas de amor y sostienen la labor de las personas que dedican su vida a servir, cuidar, proteger, y salvar a los demás.

Me llena de ilusión por el presente y de esperanza en el futuro ser partícipe de jornadas como la de ayer que, en palabras de Pilar, presidenta de la asociación: "Ha sido muy emocionante ver a tantas compañeras de la asociación aquí y tan felices. ¡Ojalá llegue a muchísimas más, a todas las que podamos!". 

Tengo confianza plena en que, juntos, lo conseguiremos... 

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